jueves, 1 de octubre de 2020

Oración de gratitud

 


Salmos 138 Dios Habla Hoy (DHH)

Oración de gratitud al Señor de David.

“Te daré gracias, Señor, de todo corazón; te cantaré himnos delante de los dioses. Me arrodillaré en dirección a tu santo templo para darte gracias por tu amor y tu verdad, pues has puesto tu nombre y tu palabra por encima de todas las cosas. Cuando te llamé, me respondiste, y aumentaste mis fuerzas.

Todos los reyes del mundo te alabarán al escuchar tus promesas. Alabarán al Señor por lo que él ha dispuesto, porque grande es la gloria del Señor. Aunque el Señor está en lo alto, se fija en el hombre humilde, y de lejos reconoce al orgulloso.

Cuando me encuentro en peligro, tú me mantienes con vida; despliegas tu poder y me salvas de la furia de mis enemigos. ¡El Señor llevará a feliz término su acción en mi favor!
Señor, tu amor es eterno; ¡no dejes incompleto lo que has emprendido!”

Orar es hablar con Dios. En Salmo 4:3, " Sepan que el Señor prefiere al hombre que le es fiel; sepan que el Señor me escucha cuando lo llamo.".

La oración es un privilegio emocionante. Está en la Biblia, Hebreos 4:16, " Acerquémonos, pues, con confianza al trono de nuestro Dios amoroso, para que él tenga misericordia de nosotros y en su bondad nos ayude en la hora de necesidad.".

Dios es accesible. Está en la Biblia, Salmo 65:2, " pues escuchas la oración! Todo el mundo viene a ti.".

La oración es el asombroso privilegio que tenemos de entrar en la sala del trono de Dios. El Creador y Gobernante del universo nos invita a comunicarnos con Él. Normalmente, nuestras oraciones consisten en peticiones, intercesión, confesión, alabanza y acción de gracias.

¿Cuál de estos cinco aspectos de la oración consume la mayor parte del tiempo que usted dedica hablando con el Padre celestial? Si usted es como muchos creyentes, tendrá que reconocer que la acción de gracias no está en primer lugar. Y hay varias razones por lo que esto puede ser así.

Lo que llena nuestra mente también es lo que domina nuestras oraciones. Si nos sentimos abrumados con problemas, las peticiones se vuelven más urgentes. Cuando la preocupación por los seres queridos es lo principal en nuestra mente, entonces nuestro enfoque será la intercesión. Una sensación de convencimiento y pesar por el pecado nos lleva a concentrarnos en la confesión. Todas estas peticiones son importantes y necesarias, pero no podemos dejar que los cuidados de esta vida terrenal y nuestras necesidades nos impidan tomar tiempo para centrar nuestra atención en el Señor.

Es cierto que después de haber visto a Dios actuar en nuestra vida o responder una oración le damos gracias. Pero después de un tiempo tendemos a olvidar, y caemos de nuevo. La clave para mantener la gratitud y la alabanza en primer lugar en nuestras oraciones: es conocer al Señor más profundamente. A medida que leamos la Biblia, Él se convertirá en nuestro centro de atención, y nuestras oraciones se llenarán de alabanza y gratitud, no solo por lo que ha hecho por nosotros, sino en reconocimiento de quién es Él.

No olvide agradecer a Dios por las oraciones contestadas. En Filipenses 4:6, "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias".

Gratitud por las bendiciones que se reciben de Dios. A Dios le agrada la expresión de gratitud, y la verdadera adoración supone el darle gracias. Debemos dar gracias al Señor por todas las cosas.

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