Las Promesas de Dios
La vida cristiana descansa en el fundamento de las promesas de Dios para hoy y para el futuro. Podemos confiar en todo lo que nuestro Padre celestial ha dicho lo cumplirá.
Nuestro Padre celestial ha hecho muchas promesas en la Biblia. Dios es un Dios de pactos y promesas y lo más importante es que El cumple.
En Josué 21:45 “Ni una sola de todas las buenas promesas que el Señor le había hecho a la familia de Israel quedó sin cumplirse; todo lo que él había dicho se hizo realidad”.
Todas las promesas de Dios, sin embargo, vienen con una premisa. Es decir, Dios no reparte regalos a todos por igual a diestra y siniestra. El provee promesas a quienes creen, son obedientes, y viven bajo sus principios.
Si Dios ha cumplido todas sus promesas con todos los personajes de la Biblia puedo tener total seguridad y confianza que también lo hará conmigo y con toda mi familia. Es por ello que debo de basar mi vida en las promesas de Dios.
Puedes basar su vida en una variedad de factores diferentes, desde su propia inteligencia, estudios, hasta tu propio talento y experiencia. Pero también puedes elegir basar tu vida en las promesas de Dios. He aquí algunas de las promesas importantes de Dios.
Cosecharé de su Abundante Bendición: En Gálatas 6:9 dice “Así que no nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo, cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencidos”.
Tendré Descanso y Paz: Jesús enfatizo esta promesa en Mateo 11.28 “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso”.
Aunque el mundo vive en caos, preocupaciones y disoluciones, en Él encontraremos paz.
Nunca estaré Solo: En Isaías 43:2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.” Al encontrarnos frente a diversas adversidades y dificultades debemos recordar lo que dice las escrituras en Isaías, esto me da seguridad y confianza que no estoy solo.
Viviré en satisfacción: En Proverbios 3:2-3 dice: “¡Nunca permita que la lealtad ni la bondad te abandonen! Si así lo haces, vivirás muchos años, y tu vida te dará satisfacción”. Dios nos da la promesa de vivir muchos años con satisfacción, pues habrá paz por todas partes.
Tendré vida eterna: En Juan 14.2-3 “Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.
Una de las más poderosas promesas es que hay vida después de la muerte en Jesús.
Antes de cumplir una promesa, requiere el Señor alguna acción de nuestra parte Proverbios 3.5, 6 es una promesa condicional que garantiza la dirección de Dios al confiar en Él.
Una necesidad es aquello que nos hace falta para que Dios realice su obra en nuestra vida. Un deseo es algo que queremos para nuestro disfrute o satisfacción. Si perdemos el trabajo, entonces está faltando algo esencial: un ingreso. Pero si queremos tener un nuevo cargo por razones personales, eso es un deseo.
“Todas las promesas que Dios ha hecho se cumplen por medio de Jesucristo”
Amoroso. El amor de Dios por nosotros fue demostrado en la cruz. Envió a su Hijo Jesucristo a morir crucificado para recibir el castigo por nuestros pecados. El Salvador experimentó la ira de Dios contra la iniquidad para que pudiéramos conocer su amor. Esta es la evidencia más grande del amor que Él siente por nosotros.
Dios puede hacer lo imposible. Está en la Biblia, Lucas 18:27, "Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios".
Todopoderoso. El poder divino creó al mundo y levantó al Salvador de la tumba; por eso sabemos que Dios tiene la facultad de llevar a cabo todos sus planes. Nuestro Padre omnipotente cumplirá cada una de sus promesas. Una promesa tiene valor solo si quien la hace es confiable y tiene la posibilidad de cumplirla. Nuestro Padre celestial es veraz, fiel, amoroso y todopoderoso. Podemos basar toda nuestra vida en sus promesas, confiados en saber que Él hará exactamente lo que ha dicho.
Se nos ha prometido vida eterna. Está en la Biblia, 1 Juan 2:25, "Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna".
Veraz. El Señor sabe lo que es verdad y habla rectamente en todo. Podemos estar seguros de que Dios es santo, pues en Él no hay ningún pecado; y de que además es omnisciente, pues lo sabe todo (He 4.12, 13). Sus promesas se basan en su conocimiento infinito y en su verdad.
Fiel. La Biblia compara al Señor con un pastor que “recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho” (Is 40.11 NVI). Lo que Él ha dispuesto para nosotros lo llevará a buen término (Fil 1.6). Nuestro Padre celestial no cambia sus intenciones ni su voluntad.
Se nos ha prometido corazones y deseos nuevos. Está en la Biblia, Ezequiel 36:26, "Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne".
Encuentra gozo, satisfacción y paz en las promesas de Dios
Salmos 119:161-168
El salmista dice: «Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz y no tropiezan» (v.165). Recuerdo a una joven atea que vino a Alpha hablando del sentimiento de desolación y de vacío en su vida. Lo que había notado es que los cristianos tenían mucha paz, y reconoció que esa paz provenía de la fe.
“Señor, te alabo por los grandes tesoros que están en Tus palabras. Por favor, dame paz hoy al confiar en Tus promesas”
Confía en las promesas de Dios y espera pacientemente
Hebreos 6:13-7:10
Abraham es descrito como «el que tenía las promesas». Cuando Abraham y Sara fueron llamados por Dios, prometió que de ellos surgiría una gran nación. Les prometió hijos. Pero tuvieron que esperar muchos años antes de que se cumpliera la promesa. Esperaron y esperaron, y siguieron caminos equivocados para tratar de cumplir la promesa de Dios a través de medios humanos. Sin embargo, finalmente, El Señor «se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le había hecho» (Génesis 21:1). ¡Abraham tenía cien años! Finalmente, Dios cumplió Su promesa: «después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido» (Hebreos 6:15).
Las promesas de Dios son absolutamente ciertas: cuando las personas hacen un juramento, invocan a alguien superior a ellas para obligarse a cumplirlo; Dios también se comprometió mediante un juramento, para que los que recibieran la promesa pudieran estar totalmente seguros de que él jamás cambiaría de parecer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario