TU AMOR INAGOTABLE

Salmos 36: 5-7 

Tu amor inagotable, oh SEÑOR, es tan inmenso como los cielos; tu fidelidad sobrepasa las nubes.

Tu rectitud es como las poderosas montañas, tu justicia, como la profundidad de los océanos. Tú cuidas de la gente y de los animales por igual, oh SEÑOR.

¡Qué precioso es tu amor inagotable, oh Dios! Todos los seres humanos encuentran refugio a la sombra de tus alas.

El amor de Dios es inagotable. En la Nueva Traducción Viviente el término amor inagotable aparece seis veces en Salmos 119 y 121 veces en toda la Biblia. Esa frase incluye un amor que no cambia que no varía con el tiempo, sino que Él se encuentras misericordia. ¿Ha experimentado un amor cambiante, alguien que ayer le amó y hoy ya no le ama? Es posible a nivel humano, pero nunca con Dios. Su amor por usted no se agota ni cambia, y no depende de lo que haga o deje de hacer. Dios le ama porque sí, porque está en su naturaleza hacerlo.  Si le cuesta aceptarlo por las tantas veces en que el amor humano le ha herido o traicionado, pídale que le ayude aceptar su amor inagotable, a sentirlo de manera real.  Dios quiere tener ese tipo de relación con usted, él le persigue, le atrae con cuerdas de amor.

Salmos 13:5-6“yo confío en tu amor mi corazón se alegra porque tú me salvas. ¡Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho!”; Jeremías 31:3 “yo me aparecí a él de lejos. Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad., Oseas 11:4 “Con lazos de ternura, con cuerdas de amor, los atraje hacia mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer,”

La Biblia está llena de la verdad incondicional de que Dios nos ama.

 

Allí Dios nos demuestra incontablemente su amor.

 

Dios nos creó por amor. En el libro de Génesis al principio de los capítulos notamos como Dios pensó en nosotros al darnos una imagen de acuerdo a la Suya y una semejanza conforme a Él:

 

"Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó". 

 

La gracia también nos da paz con el Señor. Antes de ser salva, la persona era su enemiga y estaba bajo sentencia de muerte eterna. Pero, después de poner su fe en Cristo, es adoptada en la familia de Dios y tiene su favor para siempre.

Por gracia se nos ha dado una segunda oportunidad. En vez del castigo eterno que merecíamos, hemos recibido aceptación por la fe en Cristo (Ro 15.7) y hechos miembros de la familia de Dios (Ro 8.15).

Si tenemos a un Padre que nos ama tanto, debemos seguir ese camino, y no solo amar a los de tu círculo. El amar implica ir más allá de lo que sabes dar, es a la vez arriesgarte así no recibas ese mismo amor. Una persona que nos puede mostrar esta expresión, es mamá, es aquella que ama a sus hijos sin medida, los adora así le fallen, siempre estar con sus brazos abiertos, con esto podemos ver que si podemos expresar un amor sin medida.

Que el amor que se deposita en cada uno de nosotros sea para compartirlo que sea inagotable como el de nuestro Padre que nos ama tanto, sin mirar ni juzgar por lo que somos. Así que te animo a vivir y a compartir esta experiencia de amar.

El amor es la fuente de todo, y éste lo conocemos porque Dios nos amó primero, como bien dice Juan 4:8 “El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” Muchos dicen “amar” pero no creen en que Dios los amó tanto que envió a su único Hijo a morir por todos nosotros, dicen amar, pero no pueden renunciar a sí mismos para conocer esta fuente inagotable de vida, de amor y perdón. 

No importa lo que haya sucedido en su pasado o lo que sienta en este momento, el amor de Dios siempre le ha sido dado a usted gratuitamente. Nuestro Padre celestial derrama su amor sobre nosotros sin excepción sin que tengamos que merecerlo. No es que Él hubiera aplazado amarle hasta el momento en que usted lo invitó a su vida. Tampoco comenzó a amarle cuando comenzó a ir a la iglesia o después de haber sido bautizado. En realidad, el Señor nunca comenzó a amarle de alguna manera; Él, simplemente, siempre lo ha hecho. Desde la creación del mundo, Dios le conoció y le amó (1 Jn 4.19, Sal 139.13-16).

Su amor es inagotable, no se gasta, ni se escasea, hay para cada día una porción de su amor para nosotros, aunque no lo merecemos, aunque somos indignos delante de su santidad, por medio de la sangre del cordero y de su perfecto amor, es que extiende sobre nosotros su manto de amor y de perdón, su gracia y su favor nos alcanzó y como termina el versículo, canta al Señor, mi Dios porque Él es bueno conmigo y contigo.

¡Alégrate porque Dios te ama eternamente y para siempre! Cántale salmos en honor a su santo nombre…porque Él ha sido bueno contigo.

 

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