NO TENGAS MIEDO YO ESTOY CONTIGO

 

Josué 1:9: “Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.».”

Filipenses 4.6 “No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también”.

Podemos esperar en algún momento de la vida ser sacudidos por las turbulencias. Tal vez ya hemos experimentado algunas, y podemos estar seguros de que vendrán más. El temor lo genera la inseguridad, la falta de capacidad la falta de visión como también el temor a lo desconocido, podemos decir entonces que el temor termina en la vida de aquel que desarrolla su talento y descubre de lo que es capaz de hacer.

El temor puede paralizarnos y hacernos perder oportunidades para servir, ministrar o ver trabajar al Señor en nosotros. El temor al fracaso puede también llevar a postergar la realización de las cosas, o a la falta de productividad. Los temores pueden ser devastadores para el crecimiento personal y espiritual, las relaciones y el trabajo.

En la vida solemos tener experiencias muy fuertes: una relación abusiva, la pérdida de un ser querido, un accidente… Algunas lo son tanto que nos paralizan emocionalmente y no sabemos qué decir, ni qué hacer y, muchas veces, ni siquiera sabemos qué sentir. Es tan fuerte que afecta nuestra relación con Dios, y nos preguntamos: ¿dónde está Dios en todo esto?

Sucumbimos fácilmente al poder del temor cuando tratamos de enfrentar las dificultades con nuestras propias fuerzas. No fuimos creados para vivir de esa manera. Dios nos diseñó para que funcionáramos mejor por medio del poder de Jesucristo. El temor puede paralizar al creyente y, como consecuencia, obstaculizar el plan del Señor.

No se preocupe. Dios cuidará de usted. No necesitamos saber los detalles de todo lo que va a pasar en el futuro, solo necesitamos escuchar esas palabras de aliento: «no tengas miedo». Eso es lo que Dios nos dice a través de su Palabra, una y otra vez.

Isaías 41:10

No tengas miedo, pues yo estoy contigo; no temas, pues yo soy tu Dios. Yo te doy fuerzas, yo te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.

Salmo 23:4

Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza.

Josué 1:9
Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.

Por tanto, vencer el temor es importante, y para ello hay que Acudir al Señor. Recuerde que Dios le ama, y desea tener una relación cercana con usted. Él tiene el control soberano de su situación; por tanto, traiga a Él su temor.

Usted tiene la autoridad y el poder en el nombre de Jesús para rechazar lo que no provenga de Él. Medite en pasajes como Mateo 10.31 y Proverbios 1.33. Deje que la verdad de Dios reemplace cualquier pensamiento negativo.

Aférrese al Padre celestial. Quite su enfoque de sus circunstancias, y mire a Aquél que promete su ayuda. La Biblia nos dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Is 41.10).

Las circunstancias son externas y, por lo general, van más allá de nuestro control. Pero la manera en que respondemos se origina dentro de nuestro ser. Es asombroso cómo los temores disminuyen en la presencia del Padre celestial.

Sin embargo, algunas veces estamos temerosos; algunas veces el temor” nos vence, y para vencer este temor necesitamos confiar en Dios totalmente. Primera de Juan 4:18 nos dice, “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” Sin embargo, nadie es perfecto, y Dios lo sabe. Así que Él ha esparcido generosamente ánimo contra el temor a través de la Biblia.  (Mateo 10:31).  Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.

Tan solo estos pocos versos, cubren muchos diferentes tipos de temor. Dios nos dice que no temamos estar solos, o estar demasiado débiles, a no ser escuchados, y no temer por nuestras necesidades físicas.

En el Salmo 56:11, el salmista escribe, “En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?” Este es un asombroso testimonio del poder de confiar en Dios. Lo que el salmista está diciendo es que, a pesar de lo que suceda, él confiará en Dios. Entonces, la total y completa confianza en Dios, es la clave para vencer el temor.

Confiar en Dios es rehusarse a ceder ante el temor. Es acudir a Dios aún en los tiempos más oscuros y confiar en que Él arregle las cosas. Esta confianza procede de conocer a Dios y saber que Él es un Dios bueno, quien sólo quiere dar a Sus hijos cosas buenas. Es como dijo Job, cuando estaba experimentando unas de las pruebas más difíciles registradas en la Biblia, “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré.” (Job 13:15)

Una vez que hayamos aprendido a poner nuestra confianza en Dios, ya no tendremos temor de las cosas que vengan contra nosotros. Seremos como el salmista. “…alégrense todos los que en Ti confían. Den voces de júbilo para siempre, porque Tú los defiendes. En Ti se regocijen los que aman Tu nombre.”

Para vencer el miedo usted debe conocer quien es Dios, descubra los planes que él tiene para su vida, obedezca sus consejos, escuche sus reprensiones, y ante sus ojos se desvanecerán los problemas y temores que hay es su corazón, Dios arregla todo lo que toca y no dude que estará dispuesto a enmendar su vida sacando de en medio el temor a lo desconocido, el miedo a lo anteriormente vivido.

Pídale al Señor que le muestre su presencia en su situación y que llene sus sentidos con esa conciencia. Cierre sus ojos, e imagínelo a su lado sosteniéndole fuertemente. Deje que sus oídos escuchen su susurro de confianza y amor. Llene su mente con el conocimiento de sus promesas y sea fortalecido por la fuerza, el consuelo y el valor que Él ofrece.  

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