Desarrolla tu vida interior: Está consciente de la gente con la que pasa el tiempo, y cómo influyen en tu vida. Escucha la voz que está dentro de ti; no pongas excusas ve a la raíz de tus problemas.
Escucha la voz de tu conciencia.
A menudo se dice que la conciencia es la brújula del alma. Es que funciona como un monitor interno, casi igual que una alarma. Cuando estás a punto de hacer algo que no será de beneficio o que te meterá en problemas, tu conciencia hace que sientas incomodidad. No ignores sus advertencias.
Es ella la que te ayuda a saber lo que está bien y lo que está mal. Tu propia conciencia es uno de los mejores amigos que puedas tener. Casi siempre, dentro de nosotros sabemos qué deberíamos hacer.
Pero muchas veces elegimos hacer otra cosa. Debes entender que cada vez que haces caso omiso de lo que te indica tu conciencia, la vez siguiente esa voz te hablará en tono más callado. Desafortunadamente, podrás llegar al punto en que hayas apagado la voz de tu conciencia y ya no hable más.
Trata con los problemas de raíz es bueno que tratemos de mejorar, pero muchas veces no tratamos con la raíz del problema. Y no importa lo mucho que queremos cambiar, esa causa seguirá allí. Para lograr cambios perdurables y positivos tienes que ir más profundo, y no ver sólo lo que haces, sino preguntarte: “¿Cuál es la raíz de este problema?”, “¿Por qué actúo así?”, “¿Por qué me descontrolo en esta área?”, “¿Por qué estoy siempre a la defensiva?”, “¿Por qué siento que todo el tiempo tengo que probarme delante de todos?”.
Sólo cuando llegues a la raíz y te ocupes de la causa del problema podrás esperar cambios realmente positivos. Sí puedes ser más feliz, sí puedes tener mejores relaciones, sí puedes librarte de lo que te impide avanzar. Pero tienes que hacer tu parte: sincérate y enfrenta la verdad con respecto a ti mismo.
Una de las primeras cosas que tenemos que hacer es dejar de presentar excusas. Tenemos que dejar de culpar al pasado. Sí, sé que tal vez hayas pasado por muchas cosas feas. Y tal vez allí está la razón por la que tienes dificultades, hábitos malos, malas relaciones. Puede ser que tu historia sea negativa, pero, por favor, entiende que no tienes por qué vivir un futuro negativo por eso. Lo que importa no es de dónde vienes, sino adónde vas. “Prefiere apuntar y errar el tiro que disparar bajo y acertar”. Mantén tus metas bien altas. No puedes prepararte para la derrota y esperar la victoria. Las cosas en tu vida pueden no ser perfectos, pero podrían ser mucho peores. Deja de pensar en lo que está mal y comienza a agradecer lo que está bien. ¿En qué cambiaría tu actitud y la mía si no nos tomáramos las cosas tan en serio? ¿Si nos negáramos a permitir que todo inconveniente nos deprimiera por dos semanas?
Reconozco que nuestros problemas son reales y que a veces la vida es muy difícil. Pero después de pasar por un problema, de solucionar ese lío, siempre habrá otro más. Tendrás que ocuparte de otro problema, nuevo. Y si esperas que desaparezcan todos tus problemas antes de decidir ir en busca de tu canción para recuperarla, te perderás el goza de la vida. Número uno: forja el hábito de sonreír a propósito. Número dos: revisa tu postura. Asegúrate de andar erguido, con los hombros rectos, con la cabeza bien alta. No tienes por qué andar con los hombros caídos, sintiéndote feo, débil, inferior y poco atractivo. Cuando haces esto, subconscientemente comunicas una imagen de falta de confianza, de falta de autoestima. Tienes que enderezar los hombros, levantar la cabeza y comunicar fuerza, determinación y confianza. Nuestro lenguaje corporal transmite continuamente, así que asegúrate de que tu cuerpo esté decidiendo lo que quieres que diga. Tu rostro, tu sonrisa, tu postura y tu modo de conducirte pueden marcar toda la diferencia para que llegues a ser lo mejor de ti.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario